La resolución del Tribunal sobre la tesis de Yasmín Esquivel: ¿un triunfo o un golpe a la autonomía universitaria?
El pasado 16 de diciembre, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito determinó, por unanimidad, que la ministra Yasmín Esquivel Mossa es la autora legítima de su tesis de licenciatura en Derecho, descartando cualquier acusación de plagio. Este fallo, que pone fin a casi dos años de controversias, ordena a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) archivar el caso y respetar el título profesional de la ministra, quien ha afirmado que todo este proceso fue una campaña de descalificación en su contra.
La resolución del Tribunal ha sido un revés significativo para quienes argumentaban que la tesis de Esquivel Mossa había sido plagiada. En su defensa, la ministra ha reiterado que, desde el inicio de las acusaciones, ha sido víctima de difamación por parte de las autoridades universitarias, que intentaron aplicar un procedimiento legal que no estaba previsto en la legislación de la universidad. Esquivel ha señalado que durante todo este tiempo la UNAM tuvo oportunidad de presentar pruebas en su contra, pero no lo hizo, lo que finalmente llevó a la confirmación de su autoría sobre la tesis.
Este fallo, además, refuerza la decisión tomada por el Tribunal Federal de Justicia Administrativa, que había determinado que la UNAM no podía cuestionar la validez del título obtenido por Esquivel Mossa hace casi 40 años, al no existir base legal para anularlo. La sentencia también subraya que la UNAM debe respetar la legalidad y la certeza jurídica, protegiendo los derechos que derivan de un título obtenido de manera legítima.
El fallo llega en un momento en el que las acusaciones de plagio habían tomado un cariz político, especialmente en el contexto de la contienda por la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), donde Yasmín Esquivel ha sido una de las figuras más mencionadas. La ministra, en su comunicado, dejó claro que el proceso fue parte de un intento por debilitar su candidatura, algo que, según su perspectiva, fue una maniobra para desacreditarla.
Por otro lado, la UNAM, aunque ha acatado la resolución, expresó su desacuerdo con la decisión judicial, argumentando que el fallo representa una intromisión en la autonomía universitaria. La máxima casa de estudios lamentó que se intentara limitar las facultades de sus órganos internos, como el Comité Universitario de Ética (CUETICA), que tiene la potestad de investigar y sancionar conductas relacionadas con la ética académica.
La tensión entre la ministra y la universidad no es un tema menor. Si bien la resolución del Tribunal es un triunfo legal para Yasmín Esquivel, también abre un debate más amplio sobre los límites de la autonomía universitaria y la intervención de instancias externas en los procesos internos de las instituciones educativas. La UNAM, en su postura, dejó claro que esta decisión podría sentar un precedente peligroso al poner en riesgo la libertad de los órganos universitarios para actuar sin presiones externas.
Con este fallo, se da por cerrado el caso de la tesis de Yasmín Esquivel, pero queda abierta la pregunta sobre las implicaciones de este proceso para la relación entre el poder judicial, las universidades y la política mexicana. ¿Se respetarán los derechos de los académicos, o estamos ante una politización de la justicia que amenaza la independencia de las instituciones?