Flow Fest 2024: La música se apaga para la reventa
El fin de semana pasado, el Autódromo Hermanos Rodríguez vibró con el ritmo del «Coca-Cola Flow Fest 2024», un festival que reunió a miles de fanáticos del género urbano. Sin embargo, la fiesta se vio empañada por la detención de 48 personas acusadas de reventa de boletos, un problema que sigue azotando a los eventos masivos en la Ciudad de México.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) desplegó un operativo para combatir esta práctica ilegal, identificando a individuos que ofrecían boletos a precios exorbitantes, mucho más altos que los establecidos por los canales oficiales. El resultado: 48 personas, incluyendo 15 menores de edad, fueron detenidas y remitidas al Juzgado Cívico. La situación es aún más preocupante al considerar que 14 de los menores ya tenían antecedentes por la misma infracción en eventos anteriores, lo que evidencia una preocupante tendencia.
Este operativo es un claro ejemplo de la lucha constante que las autoridades libran contra la reventa, una práctica que no solo afecta la economía de los asistentes al festival, sino que también fomenta actividades ilícitas y vulnera los derechos de los consumidores. La SSC ha dejado claro que su objetivo es garantizar la legalidad en la comercialización de entradas para eventos masivos, protegiendo a los asistentes de prácticas fraudulentas.
El Flow Fest 2024 fue un éxito rotundo en cuanto a la música y la participación del público, pero la detención de los revendedores nos recuerda que la lucha contra esta práctica debe intensificarse. Es necesario que la ciudadanía sea consciente de los riesgos de adquirir boletos fuera de los canales oficiales, ya que pueden ser víctimas de estafas o incluso ser involucrados en actividades ilegales. Las autoridades deben redoblar esfuerzos para combatir la reventa, implementando medidas preventivas más efectivas y trabajando en conjunto con las plataformas de venta de boletos para garantizar un acceso justo y transparente a los eventos masivos.
La música, la fiesta y la emoción de un festival no deben verse empañadas por la avaricia y la ilegalidad. Es hora de que la sociedad se una para combatir la reventa y asegurar que los eventos masivos sean una experiencia segura, justa y accesible para todos.