El derecho a vivir en paz (Primera parte)
Después de una pausa necesaria para reencontrar las palabras en la vida cotidiana, vuelvo a compartir historias que, como peatones, encontramos en cada rincón del mundo. Esta semana, les traigo un relato desde Santiago de Chile, ciudad que tuve la fortuna de visitar como parte del Segundo Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales y Gobierno, realizado en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Este evento, organizado junto con el Tecnológico de Monterrey y la Universidad de los Andes, reunió a más de 20 instituciones académicas de América y Europa.
En esta ocasión, mi ponencia abordó los retos que enfrentará un juzgado indígena en Puebla tras la reforma al artículo segundo constitucional, que reconoce a los pueblos originarios como sujetos de Derecho Público. Con algo de orgullo, debo decir que la experiencia fue un éxito, coronada incluso con una foto junto a Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile.
Un paseo por la historia de Santiago
Durante los recesos, recorrí el centro histórico de esta emblemática ciudad. Entre mis pasos y la melodía de Pablo Milanés que resonaba en mis audífonos, llegué a la explanada del Palacio de la Moneda. Este lugar, bombardeado el 11 de septiembre de 1973 durante el golpe de Estado de Augusto Pinochet contra Salvador Allende, encarna una de las etapas más significativas y dolorosas de la historia chilena.
Chile fue pionero en América Latina al elegir democráticamente a un presidente socialista, Salvador Allende, quien nacionalizó industrias clave como la del cobre. Sin embargo, estas reformas trajeron consigo desafíos económicos, como una inflación desmedida, que generaron tensiones internas y abrieron la puerta a la intervención extranjera. Fue entonces cuando Estados Unidos desplegó la “Operación Cóndor”, una estrategia destinada a derrocar gobiernos de izquierda en la región.
Opiniones divididas en un país con cicatrices
En mis conversaciones con locales, percibí posturas encontradas. Mientras algunos, en su mayoría empresarios mayores, ven a Pinochet como un salvador que modernizó al país, otros, especialmente jóvenes y adultos de la generación X, lo recuerdan como responsable de las atrocidades y represiones más oscuras de Chile. Estas diferencias, que también encontramos en países como España respecto a Franco, revelan cómo las narrativas históricas siguen moldeando las sociedades actuales.
En mi próxima columna, les compartiré más sobre esta fascinante ciudad y sus lugares emblemáticos, incluyendo el panteón y otros sitios cargados de memoria y simbolismo.